Esta semana las redes arden tras el anuncio de las nominaciones para la 96ª edición de los Oscars, los premios más cotizados de Hollywood. Y es que Margot Robbie, la actriz protagonista de Barbie, la película que ha levantado pasiones dentro y fuera del mainstream cultural este año, no habría recibido ninguna nominación por su actuación este año, al contrario que Ryan Gosling, quien interpreta a Ken en la ficción.

La indignación colectiva alrededor de esta noticia alude al significado de la propia película: cómo incluso cuando las mujeres son protagonistas, no lo son. Cómo el género se convierte, en el cine y en la vida real, en un elemento que brinda más o menos valoración al trabajo de los actores. Y no solo de los actores, porque su directora, Greta Gerwig, tampoco ha sido nominada en la categoría de Mejor Dirección (donde solo hay una mujer nominada este año, la francesa Justine Triet por ‘Anatomía de una Caída’.

Esta noticia en parte ha eclipsado el hecho de que, a pesar de que estos galardones lleven casi un siglo celebrándose, este año haya sido la primera vez que una mujer nativo americana recibe una nominación a mejor actriz: Lily Gladstone por ‘Los asesinos de la luna’. Una sucesión de hechos que nos llevan a querer dar un breve repaso a la falta de representación de las mujeres en el cine -y en los premios-, para entender de alguna manera por qué y cómo se reparten las nominaciones más famosas de la industria cinematográfica.

Mujeres en el cine, ¿dónde?

Tras la sorpresa en las nominaciones de Barbie, el propio Gosling ha querido mostrar su decepción con la noticia de que sus compañeras, a excepción de America Ferrera, no aparecen entre las principales categorías a las que habían postulado.

“No hay Ken sin Barbie, y no hay película de Barbie sin Greta Gerwig y Margot Robbie, las dos personas más responsables de esta película que hace historia y es celebrada a nivel mundial. Ningún reconocimiento sería posible para nadie en la película sin su talento, determinación y genialidad. Decir que estoy decepcionado de que no estén nominadas en sus respectivas categorías sería quedarse corto”, comunicó Gosling a varios medios americanos, de la misma forma que lo haría también Ferrera a Variety.

La rabia no es injustificada porque la falta de representación de la mujer en el cine es amplia y real. Así lo demuestran sucesivos estudios del Centro para el Estudio de la Mujer en la Televisión y el Cine de la Universidad de San Diego en California. De acuerdo con su informe ‘It’s a Man’s (Celluloid) World’, en 2022 solo el 33% de las películas tenía protagonistas femeninas. Las mujeres abarcaban únicamente el 38% de los personajes principales y el 37% de las que tienen diálogo a lo largo de la cinta. El 80% integraba más personajes masculinos que femeninos.

Otro dato interesante para entender las dinámicas que entran en juego en las nominaciones a premiaciones es que también existen reportes que demuestran, por un lado, que los críticos masculinos superan en número a las críticas femeninas en todas las categorías laborales. También se ha demostrado que estos otorgan calificaciones cuantitativas promedio más altas a las películas con protagonistas masculinos. Estas suelen ser más taquilleras, pero porque son las que obtienen un mayor presupuesto.

Si nos fijamos en el ámbito de la dirección, en 2023 las mujeres siguieron estando notablemente subrepresentadas como directoras, siendo solo el 16% de quienes trabajaron en las 250 películas más taquilleras y el 14% en las primeras 100. Si nos focalizamos únicamente en los Oscars, tenemos que desde el año 2000 solo 3 mujeres han ganado el galardón a Mejor Dirección.

Jerarquía en la representación

La representación femenina digamos que no va precisamente a mejor si entran en juego otros elementos identitarios como la raza y etnicidad. Las mujeres negras abarcan únicamente el 21,6% de personajes principales en 2022, mientras que las latinas apenas llegaron al 2,8% y las asiáticas al 10%. En 2023, sólo una actriz afroamericana había sido nominada a los Oscars y fue en la categoría de reparto: Angela Bassett, por “Wakanda Forever”. De hecho, Halle Berry es la única mujer negra en-la-historia en ganar una estatuilla a Mejor Actriz Protagonista

Una asimetría que también vemos en la edad de las actrices: las mujeres que tienen diálogo en las cintas pasan de componer el 36% de los personajes cuando tienen 30 años al 14% cuando tienen 40. Y no nos olvidemos tampoco, claro, de la falta de diversidad corporal: la representación de personajes femeninos delgados es tres veces superior al de personajes masculinos. Una presión estética que es mayor en la juventud, pues más de la mitad de las chicas adolescentes en pantalla son “delgadas o extremadamente delgadas”. Son datos de un estudio que analiza las 100 películas más taquilleras de 2016, donde también se recoge que el 54,8% de las jóvenes de 13 a 20 años que aparecían en pantalla eran “delgadas”, frente al 42,4% de las de 21 a 39 años y el 18,6% de las de 40 a 64 años que lo eran.

En definitiva, la sorpresa de Margot Robbie, -quien al menos sí ha recibido la nominación dentro de Mejor Película como productora-, abre el melón a un debate oculto sobre la falta de visibilidad de mujeres y personajes femeninos en el cine. Evidencia cómo un film puede ser la película del año, tratar precisamente la discriminación cotidiana y estructural de género, pero que las mujeres que la han hecho realidad en primera instancia no se lleven un reconocimiento efectivo por ello (o de forma más evidente: que se lo lleve el hombre co-protagonista). A pesar de que pareciese ser una de las favoritas, ha sido destronada en nominaciones en esta edición por Oppenheimer -una película protagonizada por un hombre (Cillian Murphy), dirigida por un hombre (Christopher Nolan), y a la que algunas críticas señalan por la falta de desarrollo de personajes femeninos. Eso y que ninguna mujer habla en los primeros 20 minutos.